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Otro espacio mas donde gaitanguerra comparte creaciones propias y ajenas, acá encontrará humor, risas y llanto, alegrías y tristezas, folclore y glamour, también un poco de todo y un poco de nada a la vez, solo para que cuando sienta ese golpetón: y toma tu lunes, lea se ria se entretenga y goce

lunes, 18 de octubre de 2010

MUJERES SIN JUICIO

Hoy, ha comenzado el juicio al gran capo; su voz se ha escuchado en el recinto del tribunal y sus múltiples crímenes han sido disfrazados de equivocaciones por su "pool" de abogados, argumentando miles de causas y silogismos para reducir la condena y así pasar tan solo algunos años en la cárcel. Tantas muertes sobre sus hombros, tanta droga con la cual envenenó a miles de niños y destruyó cientos de hogares. Tantas lágrimas que derramaron las viudas de policias y civiles inocentes en esta cruel guerra; pero nó. A nadie se le ocurrió la pena de muerte, por que eso no está permitido por la ley. Así, que ni el más malo de los hombres la merece, pues dicen que solo Dios puede disponer de la vida humana.



Hace unos años perdonaron a unos guerrilleros que sembraron el terror entre los campesinos e indígenas, asesinaron a sangre fría a varios políticos e industriales, secuestraron mujeres y niños inocentes; incluso, incendiaron el templo de la justicia con todo y jueces adentro; sin embargo, el estado les dió una casa, un pedazo de tierra, un taxi y hasta un salario, a cambio de todos esos crímenes. Nunca nadie pensó en la pena de muerte para ellos. Ahora los llaman reinsertados, y caminan libres de culpa por las calles. Otros, se tomaron a sangre y fuego un autobús urbano y después de reducir los pasajeros a la impotencia, se dieron a violar algunas de las aterrorizadas universitarias que allí viajaban. Hoy están viviendo en una celda.

Es que ni el más cruel de los hombres merece la muerte?

En algunos paises, después de un juicio con abogados, jueces, cortes y apelaciones, permiten la muerte técnica o científica de un criminal.

Qué pensará un impertérrito asesino antes de morir?, sufrirá cuando va camino a la silla eléctrica o a la cámara de gas?,

sentirá remordimiento alguno por sus inhumanos actos?,

gritará maldiciones?, llorará ? , pedirá perdón y clemencia?, solicitará la presencia del sacerdote?, le concederán sus últimos deseos?, quién llorará su muerte?, su fotografía saldrá en los diarios y su nombre en los noticieros?...



Yo soy quien no tiene nombre. No he cometido crimen alguno y por lo tanto no iré a juicio ni tendré necesidad de abogados. Las cortes nunca escucharán mi voz, ni mi llanto; tampoco nadie verá mis lágrimas; no podré solicitar defensor ni sacerdote y mi foto nunca saldrá en los periódicos; tampoco tendré la opción de vivir en una celda ni de suplicar clemencia. Nunca conocí un policía, ni alcé mi puño contra nadie. Estoy dentro de mi madre quien me ha condenado a la pena capital. Seguramente soy su vergüenza; ella teme el dedo acusatorio de una sociedad que permite la prostitución y negocia con el asesino. Ni siquiera podré negociar con ella y así convertirme en un reinsertado, o tal vez la reinsertada será ella, quien después de su atroz crimen, caminará libre de culpa por las calles.....! Nunca escucharán mi último deseo: VIVIR!!.

FERNANDO ALVARADO LOPEZ.

lunes, 4 de octubre de 2010

Orgullosamente clase media colombiana

“A mí me criaron tomando Colombiana con pan”


Yo crecí en una familia de clase media, desayunando caldo de papa y tamal, chocolate o café con leche, tomando onces a las nueve y media y también si se podía el domingo se salía a almorzar; crecí viendo Dejémonos de Vainas, N.N., Noticias N.T.C con Edgar Perea y el domingo a Jorge Barón, teníamos el Canal A y el Canal Uno, el televisor de mi casa tenía hasta para trece canales, por esto teníamos también “parabólica”, para ver Frecuencia Latina, Panamericana Televisión y Canal Cinco (En tu mismo canal), obviamente cada canal tenía su propio botón.

El equipo de sonido era un kenwood puerta en vidrio doble casetera y reproductor de LP, más que un iPod con Bose de la época, rayábamos LPs y soplábamos la aguja, pero ese caluroso sonido ningún mp3 lo podrá igualar. Recuerdo también haber visto los Renault 4, 6, 12 y 18 con gente adentro, no como ahora que solo sirven para llevar merengón.

A los cinco años mis padres me hacían cantar el santo cachón, compae chipuco, el jerre jerre y otras más, en cuanta reunión familiar podían me ponían a cantar, si hubiera tenido talento seguro hubiera tenido una infancia como la de Michael Jackson, no mentiras, si acaso una como esa que tuvo Marbelle. La empleada de la casa se llamaba Mary, olía raro aun cuando se acababa de bañar, cocinaba buenísimo recuerdo, y también que el domingo salía a pasear.

Me criaron en una época en que las señoras usaban joyas sin miedo a que las fueran a robar, una época también en que los niños podían salir a jugar, jugué escondidas, tarro, rejo quemado, tin tin corre corre y yermis alguna vez, eso sí hasta que a uno la mamá lo hacía entrar. Crecí comiendo Quipitos y WaferJet, tomando Cal-C-toce, Avena Quaker y en los paseos Colombiana con pan, viendo Los Magníficos, el Lobo del Aire y obviamente Automan, ah, y también de niño siempre soñé con volar.

Seguramente mi crianza señor lector no difiere mucho de la suya, SU MADRE tampoco de la mía, pero eso estoy convencido de que usted como yo no cambiaría jamás el haber crecido en la maravillosa clase media comiendo gallina, pollo asado, tomando cuchuco y ajiaco, aunque de pronto a usted como a mí cuando quise estudiar artes y ser escritor le dijeron “en esta casa se estudia una carrera decente porque es que usted tiene que ser: Mejor que sus papás”.


Jorge Leonardo Gaitán Guerra